jueves, 5 de julio de 2012

La medina de Tunez


La Medina es el centro de la ciudad de Tunez: un grupo de callejuelas y pasadizos cubiertos, llenos de densos olores y colores, bulliciosos y activos centros de comercio y trueque, un sinfín de productos en oferta que van desde la marroquinería hasta el utensilios de plástico, desde la mejor filigrana hasta la hojalata, del gran bazar de souvenirs para el turista hasta el minúsculo taller de artesano. Está construida sobre una colina que desciende en suaves pendientes hasta la laguna del Behira por el este.

Asimismo, es un establecimiento turistico y patrimonial que contiene tres tipos de espacios :espacio comercial como los zocos y funduq .Entonces hay un espacio relogioso tales como las mezquitas por ejemplo




  • la Gran Mezquita, con la Universidad Musulmana;
  • la  Mezquita de aceituna (Mezquita del Olivo), construida en 723 por Obeid Allah Ibn-al-Habhab para celebrar la nueva capital y zauias e iglesias
  • Finalmente exsiste el espacio del Dar como
    •  Dar  Iben Abdaallah 


  • Dar-al-Bey (Palacio del Bey), muy ecléctico tanto arquitectónica como decorativamente; se cree que se alza sobre los restos de un teatro romano y del palacio de Ziadib-Allah II al Aghlab del siglo Xpalacio del siglo XVIII que alberga el Museo de Artes y Tradiciones Populares de Túnez;
  • Palacio Dar Hussein, residencia de príncipes y beyes;
  • Mausoleo real Tourbet el Bey Numerosas puertas que se abrían en el muro que rodeaba la medina, hoy en gran parte desaparecido .



  • File:Tunis Zitouna-Moschee Minarett.JPG 




     
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    El ajetreado zoco de Túnez. Foto de Leandro Neumann Ciuffo, Flickr

    Madraza de El Bachia. Foto de Alexandre Moreau, Wikimedia Commons.

    Minerate de la mezquita de aceituna

    En la capital Túnez, los Zocos merecen un apartado especial debido a su carácter y misterio que los envuelve.

    Caminando por las calles de La Medina, se irán descubriendo multitud de zocos. Se diferencian porque cada uno de ellos pertenece a un ramo de artesanos y paseando por las distintas callejuelas los olores de los materiales irán descubriéndonos a que variedad de artesanía nos estamos acercando. Lo mejor es dejarse llevar, se indican algunos de ellos, quizá los más visitados y populares, pero todos merecen la pena:
    El Zoco de los Perfumes, conocido como el Attarine, construido en el siglo XIII por Abu Zakariya. Destacan los puestos decorados con tonos verdes y dorados en los que se pueden admirar, y en este caso respirar, los sacos repletos de especias que desprenden suaves fragancias como las de la henna tanto en polvo como en rama, los perfumes, velas con olor, champúes como el tfal, típicamente árabe, inciensos de distintos aromas, khol en frasquitos que son una auténtica obra de arte y esencias de jazmín o de azahar, entre otras muchas, que se extienden por todo el mercado otorgándole un carácter único. Sin duda es uno de los zocos más atractivos, tanto por su colorido como por sus aromas.
    El Zoco de las Chechias, del año 1675, concentra todas las chechías, “sheshía”, es decir, los peculiares gorritos de color rojo de lana con una borla negra, de origen morisco y muy común entre los tunecinos. Es una de las artesanías más antiguas del país que conlleva una complicada elaboración compuesta por el teñido, cardado y prensado de la lana, uno de estos curiosos gorritos puede llevar un mes de trabajo.
    El Zoco el Trouk, Mercado de los Turcos, fue construido en el siglo XVII y ofrece diversa y variada artesanía de todo el país. Merece la pena descansar tomando un té en el Café de los Hombres Santos.
    Si se desean tejidos, hay que acercarse al Zoco el Koumach, que data del siglo XV, donde se puede adquirir toda clase de vestimenta de distintas etnias como los mellias, trajes de las mujeres beréberes o yebbas, masculinas.
    Para piel y talabartería el Zoco es Sekkajine especializado en el trabajo manual del cuero. Espectacular por el colorido resulta el Zoco de los Tintoreros en donde se realizan a mano los teñidos de los tejidos que cuelgan en todos los puestos. En el Zoco el Lefta se encontrarán colchas de colores, mantas, tapices y alfombras. Aquí puede disfrutar de una buena taza de té en las terrazas de alguno de sus bazares que ofrecen una maravillosa panorámica de la Medina. El Zoco de Nahas o del cobre, en el que aún se utilizan las técnicas más tradicionales en el cincelado de este material consiguiendo acabados absolutamente perfectos en las distintas piezas realizadas como teteras, pipas de agua, juegos de café, etc.
    La visita por los zocos se cierra con el Zoco de Blaghija, donde podrá comprar un buen par de zapatos y las no menos excelentes babuchas árabes, el Zoco el Kebabjia, donde se encuentran los artesanos dedicados a la pasamanería y la seda, el Zoco Essagha, el zoco de los orfebres que trabajan el oro y la plata y el Zoco Berka, antiguo mercado de esclavos, en el que actualmente se pueden adquirir maravillosas joyas y piedras preciosas en un recinto cubierto con columnas rojas y verdes, toda una experiencia.
    Es toda una experiencia para el viajero, y no estará completa la visita a Túnez y sus maravillas sin adquirir algún producto local en los Zocos de Túnez, con un encanto que va más allá de lo singular.